¿La alta demanda tiene relación con la alta capacidad? En muchas ocasiones si, pero en otras no. Como en casi cualquier rasgo; no es exclusivo en la alta capacidad ni tampoco se da en absolutamente todos.
Ahora bien, si eres de los que se preguntan… ¿Qué es un bebé con alta demanda? Quizás no hayas tenido cerca a ninguno, porque se percibe.
Me recuerdo como una madre primeriza acobardada. Con la sensación de “esto no es lo que a mi contaron” y yendo en contra de lo que se suponía, era lo correcto.

Mi maternidad desde el primer día, fue luchar contra el mundo.
La alta demanda se repitió en mis tres hijas, en diferente modo e intensidades.
Ese “lo más lejos a tu lado” que yo llamo, fue una constante y en cierto modo, aún sigue siéndolo.
El que no pueda correr el aire entre vuestra piel, porque supone un llanto ahogado.
Esa forma en que se hacen hueco entre tus brazos para después construir un muro del que no quieren salir.
Esos pinchos como puñales que sienten al apoyarles en alguna superficie que no sea la de tu propio cuerpo.
La necesidad de estímulos constantes, sin límite, que te hace reinventarte y también agota.
Si toman pecho se vuelven una extensión de ti. Se funden contigo, no sabes donde acabas tu y donde empiezan tus hijos.
Tú, y nada más que tú. Tú para siempre.
Agota, frustra y en un primer momento no entiendes. Solo percibes que algo es diferente a lo que te cuentan y a lo que tu ves aunque el resto te intenten convencer.
La alta demanda no desaparece porque es parte de ellos, pero se hace cada vez un poquito más fácil a medida que crecen pues tienen más recursos y herramientas. Evoluciona y se trasforma. ¡Respira!
Uno de los retos que yo veo es que al darse entre niños con altas capacidades que, conviven con tres edades distintas, hace que a veces demanden una serie de cosas psicomotrices o cognitivas para las que emocionalmente no están preparados (sucede menos a la inversa)
Es como una vuelta ciclista, donde esa edad más avanzada quiere tirar del pelotón porque puede liderar, pero olvida que la parte emocional tiene una serie de carencias que inevitablemente van a ralentizar al grupo.
Dar y ofrecer bajo demanda (jamás frenar) pero sin olvidar encontrar el equilibrio con aquello para lo que está totalmente preparado.
Este artículo es sólo un estracto, si crees que necesitas sentirte acompañada en esta etapa del camino, te invito a que puedas seguir profundizando con la lectura de mi libro «YO SIEMPRE OS DARÉ VOZ» dónde puedes comprobar que no estás sol@.
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¿Tu también vives la ALTA DEMANDA? Quiero saberlo. Te leo abajo.
¡Feliz jueves!
Nos leemos en 15 días.
Silvia.
4 comentarios
Querida Silvia, gracias por esto me cayo como un abrazo de esos que se nesecitan algunos dias. Mi historia de alta demanda empieza desde el dia 2 de Vida de mi hija, siempre me acompaño y mi incapacidad de muchas cosas llego a llevarme al borde. A sus cuatro años como dices esa alta demanda se transforma y al mismo tiempo es una vieja buena amiga, esta muy presente . Cambios, enfermedades y creo que mas que to do salir de una rigidez la hacen aun mas presente. Te cuento que Ella VA a la guards unas horas para yo poder recargarme y aun asi hay Dias que llega a casa y es Como si un tsunami llegara. Me tenido que trabajar much en mi, en domir mejor, descansar y escuchar mi cuerpo pro que si no no se donde estaria en estos momentos
Pues eso es maravilloso. Necesitamos nuestros tiempos y más cuando la demanda es extremadamente alta. Es cuidaros a ambas.
Un besito
He llorado… Si llego a saber todo lo que sé ahora…. He cometido tantos errores… Ser autónoma e incorporarme a trabajar a los 15 días de dar a luz, dejarlo llorar porque no podía más… Siento que emocionalmente no está bien ( está yendo a una psicóloga) y es por mi culpa… Y tuve suerte porque en el cole le valoraron con 4 años, pude informarme y entender porque mi hijo era y es así… Gran artículo… Muchísimas gracias..
Bueno, lo importante es transformar esa culpa.
Siempre se está a tiempo siempre que tu sientas que puedes o pudiste hacer más.
Cada día se inicia una cuenta desde cero.
Un besito